Si tú saltas, yo salto.

Era el barco de los sueños para los demás, para mí, era un barco de esclavos que me llevaba encadenada de regreso a América.

¡Soy el rey del mundo!

El corazón de una mujer es un profundo océano de secretos.

Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.

Siempre llevo todo cuanto necesito: aire en mis pulmones y unas hojas de papel en blanco. Me encanta despertarme por la mañana sin saber qué va a ocurrir, a quién conoceré o a dónde me llevará la vida.

Tiene un don Jack, ¿lo sabe? Ve a las personas.

Cuando el agua está tan fría como la de ahí abajo te golpea igual que mil cuchillos clavandose por todo el cuerpo. No puedes respirar, no puedes pensar, únicamente sientes dolor.

Prefiero ser su fulana que tu esposa.

Hay veces que siento que estoy gritando a pleno pulmón en un salón muy concurrido y no hay nadie que ni siquiera levante la vista.

Tienes que prometerme que sobrevivirás, que no te rendirás jamás, y no importa lo desesperada que estés.