Hágannos más la pelota.

- Quiero más.
- Ya sé lo que es querer más. Yo inventé ese concepto. La cuestión es cuánto más.
- Quiero el cuento de hadas.

- Estuve ayer aquí y usted no quiso atenderme. Trabaja a comisión, ¿verdad?
- Sí.
- ¡Pues metió la pata! ¡Y cómo! ¡Hasta el cuello! Adiós, me voy de compras.

- Es que hay muy poca gente en el mundo que pueda sorprenderme.
- Pues tienes suerte, a mí la mayoría me dejan de piedra.

- ¿Son estos tus amigos?
-Sí, más o menos.
- Pues no me extraña.
- ¿El qué?
- No me extraña que vinieras a buscarme.

La gente te rebaja tanto que acabas creyéndoles.

- ¿Puedes orientarme?
- Claro, por 5 pavos.
- Eso es ridículo.
- El precio ha subido a 10.
- No puedes cobrarme una indicación.
- Puedo hacer lo que quiera, chato, yo no me he perdido.

Quédate, pasa esta noche conmigo, y no porque te pague, sino porque quieres.

Cuando estás quietecita eres preciosa... y muy alta.

- Me hubiera quedado por 2000.
- Te habría pagado 4000.

- En las tiendas no son tan amables con la gente.
- Nunca lo son, lo son con el dinero.

Tú y yo somos seres muy parecidos: los dos jodemos por dinero.