Estoy esperando la casualidad de mi vida. La más grande.

Estar enamorada no es fácil, no basta con desearlo hay que oírlo.

Comprendí que por dejar a Ana me había quedado sin destino, así que tuve que inventarme uno: Finlandia.

Tú sabes esquiar hacia arriba, ¿verdad?

Todo caduca con el tiempo. El amor también.

Podría contar mi vida uniendo casualidades.

La casualidad que estábamos esperando.

He escrito tantas veces su nombre.

Yo te voy a querer siempre. Y si se acaba la gasolina... me muero.