Francamente querida, me importa un bledo.

Aunque tenga que estafar, ser ladrona o asesinar, a Dios pongo por testigo que no volveré a saber lo que es hambre.

Siempre que estreno un sombrero se me borran de la cabeza toda clase de cuentas y de números.

A pesar de ti, de mí y del mundo que se resquebraja, yo te amo.

Al fin y al cabo, mañana será otro día.

Lo más importante en la vida es la tierra, siempre perdura. Tú aún eres muy joven para entenderlo, pero también aprenderás a amarla.

¿Crees que basta con decir lo siento? Y todo el pasado, ¿puede remediarse?

Hay algo que amas más que a mí y, aunque no lo sepas, es la tierra roja de Tara.

No, no te voy a besar, aunque lo necesitas mucho. Ése es tu problema, deberías ser besada más a menudo, y por alguien que sepa como hacerlo.